Cinco barrios “lado B” de Buenos Aires
3 minutos de lecturaNo son los más conocidos ni los que tienen más prensa, pero vale la pena recorrerlos para descubrir otra dimensión de la ciudad.
1. Parque Lezama
No es un barrio, pero en su enorme extensión une tres: San Telmo, Barracas y La Boca. Cuando María Elena Walsh pregunta en “Vals municipal” dónde está Buenos Aires, la Reina del Plata, describe que esa ciudad “también es morirse de amor un otoño en el Parque Lezama”.
Hay más bohemia que turistas, personajes confundidos con un paisaje que bien podría ser una postal de Madrid; está el mítico bar Británico, el Torcuato Tasso con sus espectáculos de música popular y el Museo Histórico Nacional. La cuadra de Caseros entre Bolívar y Defensa crece en oferta gastronómica.
El mítico bar Británico de Parque Lezama.
2. Villa Crespo
El barrio de Adán Buenosayres, de Megafón, esos personajes geniales de Leopoldo Marechal, conserva rincones inalterables, mezclados con calles de outlets de ropa y de venta de repuestos de autos: la famosísima Warnes. En uno de sus bordes está el Microteatro, un espacio de salas para no más de 15 ó 20 personas donde se representan obras que duran apenas minutos, con entradas a un precio de tamaño similar.
Hay restaurantes, bares y cervecerías de la onda palermitana que cruza la avenida Córdoba. A Villa Crespo la atraviesa Corrientes, cuyo subte B conecta con el centro en cuestión de minutos. En Airbnb sobra la oferta de departamentos con todas las comodidades.
Distrito de arte, Villa Crespo
3. Parque Chas
“Existe en el barrio de Parque Chas una manzana acotada por las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra. No es posible dar la vuelta a esa manzana. Si alguien lo intenta, aparece en cualquier otro lugar del barrio, por más que haya observado el método riguroso de girar siempre a la izquierda o siempre a la derecha”, dice Alejandro Dolina en sus “Crónicas del Ángel Gris”.
Y tiene razón. El barrio es circular. “En Buenos Aires también tenemos un triángulo de las Bermudas urbano: el no-euclidiano barrio de Parque Chas”, escribió Ricardo Barreiro en la introducción de su historieta, dibujada por Eduardo Risso.
Circular. Donde se complica para dar la vuelta a la manzana: Parques Chas.
4. Villa Devoto
Para muchos, es el secreto mejor guardado de Buenos Aires. Dicen que tiene la mayor densidad de árboles por metro cuadrado de la ciudad y que es su punto más alto, casi 30 metros sobre el nivel del mar. En torno de la plaza Arenales, a la que llegan cuatro diagonales, hay ejemplos de la arquitectura inglesa y de torres de departamentos que, aunque modernas, no arruinan el paisaje general.
Es ideal perderse una tarde entre sus calles, detenerse a tomar un café en uno de los tantos bares de estilo moderno o comer un chocolate en Rapa Nui, que puso ahí una de sus tantas sucursales porteñas adaptadas en casas antiguas.
5. Caballito
Abarca una enorme superficie y con transiciones que a veces son difíciles de advertir, pasa de una realidad a otra con naturalidad. El parque Centenario, con su diseño circular y su Museo de Ciencias Naturales y su Observatorio, requiere de varias horas de recorrida. Y el parque Rivadavia, que es más plaza que parque, alberga la feria de libros más interesante de la ciudad.
Enfrente, sobre la avenida Rivadavia, está el edificio donde vivió el genial Conrado Nalé Roxlo, en cuya planta baja subsiste El Coleccionista, un bar que rinde homenaje a los filatelistas que también tienen su grey en el par