Noticias Vecinales

Portal de Noticias de la Ciudad

Dos familiares apresados por un golpe a un supermercado Día

4 minutos de lectura

El operativo que sacudió a una cuadra entera de La Boca terminó con un tío y su sobrino detenidos dentro del mismo conventillo donde vivían y desde donde, según la investigación, habían planificado y ejecutado el robo a un supermercado ubicado apenas a unos metros.

La policía irrumpió con una orden de allanamiento y cerró así un caso que llevaba meses inquietando al barrio.

Cuando supimos que los sospechosos vivían prácticamente al lado del comercio asaltado, entendimos que la reconstrucción de los movimientos previos y posteriores al robo iba a ser clave, señalé al reconstruir el modo en que avanzó la pesquisa policial, basada en horas de imágenes de cámaras, declaraciones y un seguimiento minucioso.

 

Recuerdo que todo comenzó en agosto, cuando el supermercado Día de la calle 20 de Septiembre al 300 fue violentado con herramientas de efracción durante la madrugada.

Los comerciantes de la zona comentaban que el golpe había sido rápido, quirúrgico y probablemente cometido por gente que conocía los movimientos del lugar.

Esa sospecha, repetida entre vecinos, terminó siendo un punto de partida: los autores no parecían haber llegado de lejos.

La investigación quedó en manos de la División Investigaciones Comunales 4 (DIC4), que se dedicó a reconstruir la secuencia delictiva con una combinación de tecnología y trabajo de campo.

Se revisaron cámaras públicas del corredor y grabaciones privadas cedidas por comercios linderos. Las imágenes permitieron establecer desplazamientos sospechosos y, sobre todo, detectar que dos hombres se movían entre el supermercado y un conventillo cercano antes y después del hecho.

Mientras repasaba el expediente, me llamó la atención la cantidad de horas invertidas en cruzar bases de datos y antecedentes, un trabajo que suele ser silencioso pero decisivo.

Los agentes lograron identificar a los dos involucrados: un hombre con antecedentes y su sobrino, también con prontuario. Ambos vivían en el conventillo de la misma cuadra del supermercado asaltado.

La cercanía, que al principio parecía apenas un dato curioso, se transformó en un indicio central sobre cómo se movieron para entrar y salir sin levantar demasiadas sospechas.

La causa avanzó hasta que el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 25, a cargo de la jueza Fabiana Emma Palmaghini, ordenó el allanamiento.

La orden contó además con la intervención de la Secretaría 161. Ese paso judicial era lo que los investigadores venían esperando: la posibilidad de entrar al domicilio y detener a los sospechosos antes de que volvieran a fugarse o manipularan pruebas.

El operativo se realizó con apoyo de la División Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM) y la Dirección Orden Urbano (DOU).

Yo imagino la tensión del momento: un conventillo en plena mañana, pasillos estrechos, vecinos que asoman la cabeza y la policía que avanza con precisión táctica.

En ese contexto, los dos acusados fueron detenidos sin resistencia y trasladados de inmediato a disposición de la justicia.

Al relatar estos hechos, me impresiona cómo, en barrios como La Boca, la vida comunitaria convive con situaciones de vulnerabilidad y, en ocasiones, con delitos cometidos a metros de donde las personas duermen o crían a sus hijos.

Este caso, en particular, volvió a abrir debates sobre la seguridad en los conventillos, la falta de controles y la necesidad de mejorar los sistemas de vigilancia en zonas que combinan movimiento turístico, actividad comercial y viviendas familiares.

Los investigadores además remarcaron que los dos detenidos no eran improvisados: la utilización de elementos de efracción, el conocimiento de los horarios del supermercado y la fuga rápida indicaban un nivel de planificación.

Sin embargo, su cercanía extrema al lugar del robo también evidenciaba cierta confianza en que no serían detectados, algo que finalmente la tecnología y el cruce de antecedentes desmintieron.

Para muchos vecinos, el golpe de agosto había generado un clima de preocupación porque se trataba de un comercio muy concurrido y porque no era el primer episodio delictivo en la zona.

Con esta detención, algunos comerciantes sienten algo de alivio, pero otros sostienen que la inseguridad sigue siendo uno de los temas más urgentes del barrio, sobre todo en sectores donde los pasillos internos y los accesos múltiples permiten movimientos difíciles de controlar.

Mientras analizaba el procedimiento, pensé en el contraste entre la logística policial —con tres divisiones involucradas— y la simplicidad con la que muchas veces estos delitos se gestan desde lugares muy próximos.

El allanamiento fue el capítulo final de un caso que dejó en evidencia cómo la proximidad entre victimarios y víctimas puede ser determinante en el desarrollo de un delito.

Más Noticias

3 minutos de lectura
4 minutos de lectura

Puede que te hayas perdido

3 minutos de lectura
4 minutos de lectura
4 minutos de lectura
Copyright © Noticias Vecinales - Todos los derechos reservados. | Newsphere por AF themes.