Dos detenidos tras un robo en el barrio de Floresta
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La escena se desarrolló en cuestión de minutos y dejó en evidencia la eficacia del trabajo conjunto entre la Policía de la Ciudad y el Centro de Monitoreo Urbano (CMU).
Dos delincuentes fueron detenidos luego de robar un local de indumentaria en plena avenida Avellaneda, en el corazón del barrio de Floresta.
La rápida intervención policial permitió recuperar la mercadería sustraída y poner fin a la huida de los ladrones.
“Estamos fortaleciendo la presencia policial y el monitoreo en tiempo real para prevenir delitos y responder con rapidez ante situaciones como esta”, señalaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, que destacaron la coordinación con el CMU, un sistema que hoy controla más de 15.000 cámaras distribuidas por toda la Ciudad de Buenos Aires.
El hecho ocurrió en un comercio de indumentaria ubicado en Avellaneda al 3200, una zona que desde hace años se caracteriza por su intensa actividad comercial y también por ser blanco de robos relámpago.
Según el parte oficial, las cámaras del CMU detectaron a un grupo de personas merodeando el área con actitud sospechosa. Poco después, dos de ellos fueron captados ingresando al local.
Minutos más tarde, las imágenes mostraron a los sospechosos huyendo por la calle Campana con una pila de prendas en sus brazos.
Desde el Centro de Monitoreo, los operadores siguieron el recorrido en vivo y dieron aviso inmediato a los móviles policiales de la Comisaría Vecinal 10A, que ya patrullaban la zona.
El despliegue fue rápido y preciso. En la intersección de Campana y Aranguren, los efectivos lograron interceptar a los delincuentes y detenerlos sin resistencia.
Durante el procedimiento, recuperaron una bolsa de consorcio repleta de ropa: 54 shorts de jean de distintos talles y colores, mercadería que había sido robada minutos antes.
El rol del Centro de Monitoreo Urbano fue clave. Desde su inauguración, el CMU se convirtió en una herramienta fundamental para la prevención y resolución de delitos en tiempo real.
Ubicado en Chacarita, el centro opera las 24 horas y está conectado con todas las comisarías de la Ciudad. Cada cámara instalada en la vía pública puede aportar imágenes en alta definición que se almacenan y pueden ser utilizadas como prueba judicial.
“El seguimiento por cámaras permitió reconstruir toda la secuencia del hecho: desde el ingreso de los delincuentes al local hasta su captura. La tecnología hoy nos permite actuar en minutos”, explicaron desde la fuerza porteña.
Este tipo de operativos se enmarca dentro del plan de seguridad integral que impulsa el Gobierno de la Ciudad, con un enfoque en la prevención del delito y la respuesta inmediata a través de la tecnología.
En barrios comerciales como Floresta, Flores o Once, el monitoreo se ha convertido en una herramienta estratégica frente a los robos exprés, que suelen ocurrir en locales de indumentaria o zapaterías.
Según datos oficiales, durante el último año se registraron más de 300 intervenciones del CMU en tiempo real por robos en zonas comerciales.
En muchos casos, el accionar de las cámaras permitió detener a los responsables antes de que escaparan del lugar.
Los comerciantes, por su parte, destacan que la presencia policial y las cámaras brindan mayor sensación de seguridad, aunque piden reforzar los controles durante los fines de semana y horarios de cierre.
Floresta, históricamente conocida por su movimiento textil y mayorista, enfrenta desde hace tiempo el desafío de equilibrar el crecimiento comercial con la seguridad pública.
Los comerciantes invierten cada vez más en sistemas privados de alarma y cámaras, mientras celebran que la articulación con la Policía de la Ciudad haya mejorado la respuesta ante emergencias.
La Fiscalía Criminal y Correccional N° 12, a cargo del Dr. Ferrando y con la Secretaría Única de la Dra. Durini, intervino en la causa y dispuso actuaciones por “robo en flagrancia”, además del secuestro de la mercadería recuperada.
Los imputados permanecen detenidos y se espera que la Justicia defina su situación procesal en los próximos días.
Mientras tanto, el comercio damnificado ya recuperó parte de la ropa sustraída y se evalúa el valor total de la mercadería robada.
El episodio, que podría haber pasado inadvertido en medio del trajín de Avellaneda, terminó con un resultado favorable gracias a la coordinación entre la tecnología y la intervención humana.
El caso de Floresta se suma a una larga lista de hechos resueltos en tiempo récord gracias al uso del CMU. Desde hurtos en transporte público hasta delitos en parques o avenidas, las cámaras se han convertido en un “ojo” permanente que refuerza la seguridad urbana.
Actualmente, el sistema porteño cuenta con más de 15.000 dispositivos instalados, incluyendo domos con visión nocturna y lectura automática de patentes.
“Este modelo de vigilancia inteligente no reemplaza al policía de calle, sino que lo potencia”, explican desde el Ministerio de Seguridad. “El objetivo es anticiparse al delito, no solo reaccionar cuando ya ocurrió”.
En los próximos meses, se prevé la incorporación de nuevas cámaras en zonas como Liniers, Mataderos y Villa del Parque, además de la modernización del software de reconocimiento facial, que permitirá identificar prófugos en tiempo real con mayor precisión.
Como periodista que recorre a diario las calles de Buenos Aires, puedo afirmar que detrás de cada noticia policial hay una historia que revela tanto el ingenio del delito como la importancia de la prevención.
Este caso en Floresta no solo terminó con dos delincuentes detenidos, sino que mostró cómo la tecnología, cuando se usa con coordinación y compromiso, puede marcar la diferencia entre la impunidad y la justicia.