La Misa Criolla llegó a Mataderos con Zamba Quipildor
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En un cierre de año con espíritu festivo y cultural, el legendario folclorista Zamba Quipildor encabezó una emotiva interpretación de la Misa Criolla, acompañado por 50 artistas en escena, en el Anfiteatro de Mataderos. Un evento gratuito que prometió música, tradición y unión familiar.
El arte es una forma de conectar con nuestras raíces y nuestras emociones. La Misa Criolla es eso: una síntesis de lo que somos como pueblo, expresó Zamba Quipildor en la previa al espectáculo, destacando la relevancia de esta obra en la identidad cultural argentina.
El pasado sábado 28 de diciembre, el barrio de Mataderos se vistió de fiesta para recibir a cientos de vecinos y turistas en el Anfiteatro ubicado en Avenida Directorio y Lisandro de la Torre.
A partir de las 19 horas, las familias pudieron disfrutar de un espectáculo gratuito que conjuga música, fe y tradición en una de las composiciones más icónicas del folclore argentino.
La interpretación de la Misa Criolla estuvo a cargo del reconocido Zamba Quipildor, quien ha sido un referente indiscutido en llevar esta obra a escenarios internacionales, destacando su profunda conexión con las raíces culturales del país.
Junto a él, 50 artistas en escena —entre músicos, coreutas y bailarines— darán vida a esta pieza que sigue emocionando al público desde su creación en 1964.
Compuesta por Ariel Ramírez, la Misa Criolla es considerada una de las mayores creaciones del folclore argentino.
La obra combina elementos litúrgicos con ritmos autóctonos de diferentes regiones del país, como el carnavalito, la vidala y la chacarera, creando una fusión única que trasciende fronteras.
Dividida en cinco movimientos —Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei—, la obra ofrece una perspectiva cultural y espiritual que resalta la diversidad y riqueza de la música argentina.
Zamba Quipildor, quien ha interpretado esta pieza en diversas oportunidades, ha señalado que cada presentación de la Misa Criolla es una experiencia renovada, cargada de emoción y devoción.
“Es un desafío y un honor interpretar esta obra. Cada vez que subo al escenario para cantar la Misa Criolla, siento que estoy llevando un pedazo de nuestra identidad a quienes nos escuchan”, explicó el folclorista en una entrevista reciente.
La velada estuvo organizada en tres momentos principales: un recorrido por los hitos de la trayectoria de Zamba Quipildor, seguido por un repertorio de piezas tradicionales del folclore argentino, y como cierre, la esperada interpretación de la Misa Criolla.
La puesta en escena incluyo una destacada participación coral, sumando profundidad y solemnidad a cada movimiento de la obra.
Con una duración aproximada de una hora y media, el espectáculo pudo cautivar a públicos de todas las edades, en un entorno que resalta la conexión entre la música y la comunidad.
Además, el evento se presento como una oportunidad única de acceso gratuito a una obra de alta calidad artística, reforzando la importancia de la cultura como motor de encuentro y celebración.
Con más de cinco décadas de trayectoria, Zamba Quipildor es considerado uno de los principales embajadores del folclore argentino.
Su interpretación de la Misa Criolla lo ha llevado a escenarios de Europa, Asia y América, dejando en alto el nombre del país y mostrando al mundo la riqueza de la música tradicional.
En Mataderos, un barrio históricamente vinculado al trabajo, la cultura y las tradiciones populares, este evento adquiere un significado especial. “Llevar la Misa Criolla a Mataderos es como volver a las raíces, es como cantarle a nuestra gente en casa”, reflexionó Quipildor.
El espectáculo del sábado 28 prometió ser mucho más que un concierto: fue un encuentro con nuestras raíces, una celebración de la cultura y un recordatorio del poder del arte para unirnos como comunidad.
Se trato de un momento ideal para reflexionar y agradecer, la Misa Criolla se convierte en el regalo perfecto para cerrar el año con música y tradición.