Una marea naranja copó el Gálvez en una carrera inédita de 15K

Una postal inédita tiñó de naranja el asfalto del Autódromo Oscar y Juan Gálvez: miles de corredores, amateurs y profesionales, tomaron la pista de la velocidad para transformarla en escenario de una verdadera fiesta del running.

Fue la primera vez que se corrieron 15 kilómetros en este emblemático circuito de Villa Lugano, con largada a las 8 de la mañana y un recorrido que incluyó parte del autódromo y avenidas aledañas.

Queremos que el sur de la Ciudad sea protagonista de grandes eventos deportivos, culturales y sociales. Esta carrera marca un paso más en ese camino, expresó el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, al finalizar la jornada.

El evento, que se realizó el domingo por la mañana, combinó deporte, infraestructura urbana y estrategia de integración territorial.

Con punto de partida sobre el trazado principal del Autódromo Oscar y Juan Gálvez, la competencia de 15K sorprendió tanto a los fanáticos del running como a los aficionados al automovilismo, acostumbrados a ver motores rugiendo sobre ese asfalto y no zapatillas golpeando el pavimento al ritmo del esfuerzo.

Con una temperatura ideal, alrededor de 3.000 atletas —según datos de la organización— se concentraron desde temprano para participar de esta competencia que se posiciona como una de las más singulares del calendario porteño.

No sólo por su circuito, que combina pista y ciudad, sino por lo simbólico de correr en un lugar cargado de historia para el deporte argentino.

En la categoría femenina, la vencedora fue Chiara Milena Mainetti, quien completó el recorrido en 50 minutos y 47 segundos, destacándose con un ritmo sostenido y fuerte desde los primeros kilómetros.

Por su parte, en la categoría masculina, el ganador fue Ignacio Erario, con un tiempo de 44 minutos y 48 segundos, quien además se perfila como uno de los corredores de fondo con mejor proyección a nivel nacional.

La carrera no fue una competencia aislada. Forma parte de la Triple Corona de la Ciudad, un ciclo que continuará con los 21K de Buenos Aires en agosto y los esperados 42K, el maratón más convocante de Sudamérica, a disputarse en septiembre.

Así lo explicó Fabián “Chino” Turnes, secretario de Deportes del Gobierno porteño: “Buscamos integrar estos eventos en una planificación que potencie el deporte como política pública y que promueva a Buenos Aires como destino de turismo deportivo”.

Pero más allá del aspecto competitivo, lo que se vivió fue una verdadera fiesta urbana. En el predio del autódromo hubo música en vivo, food trucks, puestos de hidratación y asistencia médica, como parte de una logística que buscó brindar seguridad y confort tanto a los corredores como al público asistente.

El operativo involucró a más de 150 personas, entre voluntarios, personal sanitario, agentes de tránsito y técnicos deportivos.

Además, el evento apuntó a reforzar una política concreta: reposicionar al sur porteño como polo de desarrollo urbano y sede de grandes actividades. “Durante muchos años, esta zona fue postergada. Hoy tiene la infraestructura, los accesos y la capacidad organizativa para ser protagonista”, remarcó Macri ante los medios.

Vecinos de Villa Lugano, Villa Soldati y zonas aledañas se acercaron al autódromo y sus inmediaciones para alentar, participar o simplemente presenciar un espectáculo deportivo de alto nivel. Varios grupos de running barriales también dijeron presente, reforzando la idea de que el deporte construye comunidad y sentido de pertenencia.

Por otra parte, esta apuesta por el sur no es casual: el Autódromo está siendo parte de un plan integral que contempla su renovación y reutilización para diversos fines, no sólo automovilísticos.

“Este tipo de actividades nos permiten mostrar todo lo que el autódromo puede ofrecer más allá de las carreras de autos”, indicó Verónica Sosa, vocera del Instituto de Deportes.

La jornada finalizó sin incidentes, con una premiación que se realizó sobre una tarima ubicada frente a las tribunas principales del circuito.

Los corredores celebraron sus tiempos, sus metas personales alcanzadas, y la oportunidad de haber sido parte de una experiencia única: correr donde alguna vez brillaron Fangio, Reutemann o Senna.