Teatro en Palermo: El Brillo Ausente, Lo policial siempre triunfa

El teatro siempre nos lleva a imaginar que es lo que ocurre aunque lo estemos mirando detenidamente y nos perdamos varios detalles. Lo independiente y autónomo da siempre un poco más de nuestra curiosidad.

Bajo la dirección general de Rafael Calomino y las actuaciones de Alejandro Akman, Fabiana Katz, Gustavo May, Javier Brancos, entre otros grandes actores y actrices llega al Teatro Tardón, en Niceto Vega 4803, en el Palermo Viejo de la Ciudad de Buenos Aires, el “El brillo ausente”. Desde una mirada independiente de lo que nos espera para esta obra, podemos observar la calidad y cantidad en dos igualdades perfectas.

¿Porque y de donde nace el título?

Cuando el general Julio Cesar es asesinado por una conspiración del Senado, el 15 de marzo del 44 A.C, quien fue acusado llevaba el nombre de Marco Junio Bruto, un senador que se hizo popular con el nombre de “Brutus” en el revisionismo histórico de la época. Tras la acusaciones del asesinato, la hija de quien hablábamos se la encontró fallecida a causa de las mismas lesiones que tenía Julio Cesar.

Cuando se realizó el funeral, Brutus, nunca fue encontrado y desde aquél momento extraído del latin “quien brilla por su ausencia” es parte de la historia popular de cada rincón del mundo.

¿Cuál es el argumento de la obra?

En una hora y cuarto de escena delante del publico, aparece un asesinato: en este caso es el de Javier. La pregunta que nos hacemos todos es ¿Podrán todos aguantar la seriedad? ¿Cómo se vivirá el humor? Reunidos contra su propia voluntad, deben afrontar en medio de un acertijo que predomina durante todo el guión quien fue el asesino del fallecido en escena. Una obra que sin duda, deja con misterios a todos y todas aquellos que fueron a presenciarla. Que recorre todas las emociones habidas y por haber, que se involucra en tema sensibles y que la sonrisa también estará presente.

Para ahondar más en la obra y en cómo se está viviendo las ventas de teatro hablamos con dos actores, pertenecientes al “El brillo ausente”, Gustavo May y Fabiana Katz.

– Primero, antes que nada, gracias a los dos por aceptar la entrevista ¿Cómo lo viven ustedes? ¿Qué tiene esta obra y con que se va a encontrar?

Gustavo May: El que vaya a ver la obra no va a poder dejar de mirar la obra, cada uno de nosotros le vamos a brindar algo que nos dejara. La obra se pregunta ¿Cuántas caras tenemos? y a su vez se responde “las que tenemos que aguantar”. Hay confidencias, relaciones que no aparecen al principio de la obra y que todas esas van uniendo con la resolucion del asesinato.

– Hay un asesino ¿Todos sabemos quien es? ¿Nos enteramos en el momento? ¿Cómo sabemos todo lo que pasa?

GM: No lo sabemos, hay que generar la expectativa.

Fabiana Katz: No lo vamos a decir. Tenemos un grupo y una comunidad que se armó a través de esta obra hermosa. Nadie se conocía, yo por ejemplo vengo desde el lado del humor y de la magia y es muy difícil mantener la seriedad sin que haya alguna improvisación no deseada en nuestro cara. Aprendemos día a día con la obra. Le doy el touch de humor ácido.

– ¿Cómo se hace para que desde el humor nos genera incomodidad? El qué mira tiene que tener sensibilidad.

FK: Mira, te cuento un ejemplo de lo que pasa en la obra. A mi personaje le pasa algo muy dramático y no está contado con humor pero la gente se rió. Siento que la gente se puede reír, sentimos que cada uno de los que se va de la obra se pregunta el porqué de esa risa. 

GM: Recordamos que no hay policiales de teatro. Es muy difícil poder hacer algo que genere incomodidad y a la vez que te atrape por una hora y cuarto. De hecho, todos los actores y actrices que participamos estamos en escena todo el tiempo, nunca nos vamos. Entramos todos juntos en el escenario y salimos todos juntos.

-¿Hay qué prestar atención a todos los detalles?

FK: En lo económico que estamos en el Teatro Tadron, queremos y tratamos de hacer una propuesta de calidad. Con una gran escenografía, iluminación, los músicos que hicieron la banda sonora. Queremos darle al que vaya a vernos lo mejor de nuestro espectáculo.