Cierran el CeSAC 31 perteneciente al barrio porteño de Flores
2 minutos de lectura
Lamentablemente el CeSAC 31 ubicado en el barrio porteño de Flores cerró sus puertas de forma indefinida, luego de que el director del centro, Sebastián Carrasco, recibiera una descarga eléctrica de una pared deteriorada con humedad, hecho que se suma a los tantos que vienen sufriendo a causa de la precariedad edilicia del centro de salud.
El pasado 9 de enero, los legisladores por el frente de todos, Matías Barroetaveña y Berenice Yañez se acercaron al CeSAC para acompañar y escuchar el reclamo de los trabajadores y trabajadoras y los vecinos del barrio Illia.
El jefe del área programática del Hospital Piñero, Edgardo Knopoff, la Asociación de Médicos Municipales y varias organizaciones sindicales, junto a Sebastián Carrasco y además los trabajadores vienen denunciando el riesgo eléctrico, la falta de agua y filtraciones permanentes que hace inseguro el trabajo y la atención a los vecinos y vecinas que se acercan a este CeSAC.
Ahora el cierre del establecimiento implica, tambien, que cientos de pacientes se quedan sin recibir sus tratamientos de la farmacia que funciona dentro del centro, las autoridades del CeSAC nos comentaron que si cierran son 300 pacientes con medicación crónica, entre los que hay 150 pacientes insulinizados, que se quedan sin medicación, dijo la diputada Yañez.
Por otro lado, las reparaciones provisorias que se hicieron hasta ahora no son suficientes, los trabajadores y trabajadoras necesitan una solución definitiva para trabajar y poder brindar una atención de calidad.
Exigimos al GCBA una respuesta urgente que permita la continuidad de este centro de salud comunitario”, expresó Barroetaveña, la situación de este CeSAC, como la de otros centros de salud que se encuentran en conflicto son responsabilidad del jefe de gobierno Horacio Rodriguez Larreta, el ministro Fernán Quirós y el subsecretario de salud comunitaria Gabriel Battistella.
La precariedad y el abandono en el que se encuentran los CeSAC, mayoritariamente en el sur de la Ciudad, constituye una deuda histórica que tiene el Gobierno de la Ciudad con los vecinos de los barrios.
Es responsabilidad de las autoridades a cargo que den respuestas claras sobre cómo seran las obras y cuales serán sus plazos y que informen a la comunidad como se sostendrán, durante el tiempo de la obra, los servicios que presta actualmente el centro.