Los precios de los alquileres siguen subiendo
2 minutos de lecturaEn los últimos días se difundieron en distintos medios de comunicación datos vinculados al aumento en el precio de los alquileres que no se ajustan a la realidad de los inquilinos.
Las cifras surgieron de un informe de la plataforma online de clasificados inmobiliarios Zona Prop que indicaba que el aumento de precios está en desaceleración y que en los últimos doce meses el aumento fue del 37%.
Elaborando nuestras propias estadísticas con los reclamos que recibimos en IA, pudimos constatar que el aumento en el precio de los alquileres ronda el 46%, y en algunos casos llegan al 60%, con ajuste semestrales del 12 al 20%.
Desde hace años, el aumento de los alquileres en encuentra muy por encima de la evolución general de precios y salarios, con una aceleración muy pronunciada durante los últimos doce meses.
Tal como indicamos en marzo de este año, un informe publicado por Panigo, Rosanovich, Monteagudo y García Díaz destaca que: “el incremento promedio en los alquileres de la CABA entre febrero de 2015 y febrero de 2016 alcanza al 63.7%. Esta tasa de variación interanual puede descomponerse en 2: un incremento promedio mensual del 2.7% entre febrero y noviembre de 2015 y un incremente mensual del 8.7% entre noviembre de 2015 y febrero de 2016”.
Inflación y especulación
Si se toman los datos publicados por el INDEC, combinados con estadísticas de la Ciudad, informes de prensa, y estadísticas propias, desde el 2010 en adelante, la inflación oficial por año ha sido en todos los períodos muy inferior al aumento anual en los precios de los alquileres.
Incluso en el 2015, cuando hasta los índices mensuales del “IPC-Congreso” habían mermado, los aumentos promedio de los alquileres en la Ciudad superaron el 38%, dejando muy atrás a los índices inflacionarios más pesimistas.
Es necesario recalcar que el alquiler ocupa alrededor del 60% de un salario promedio, lo que significa que hace falta más de un ingreso para poder alquilar una vivienda y que los contratos se firman con indexaciones ocultas que superan cualquier índice de inflación, lo que tornará cada vez más difícil hacer frente a los pagos mensuales, que estarán totalmente desfasados con respecto a la inflación.
Si a esto se le agregan los aumentos en los impuestos y servicios, resulta imposible mantener cierto nivel de consumo familiar, y queda en evidencia la pérdida en el poder adquisitivo del salario de los trabajadores.
Los aumentos discrecionales en los precios de alquiler y en expensas inventadas; la precariedad en las condiciones habitacionales de una gran parte de la población; y el comportamiento especulativo sin límite son prácticas que deben impedirse desde el Estado, y en el menor plazo posible, si se quiere lograr algún tipo de estabilidad no solo en el sector inmobiliario, sino en la economía en general.