Cual es uno de los barrios mas amistosos y alegres de la Ciudad
5 minutos de lecturaVilla Devoto es un rincón de la Ciudad de cosas curiosas, es un pueblo chico con título de barrio, donde en la pizzería céntrica las servilletas son de papel de envolver recortado y se colocan dentro de un humildevaso.
Por otro lado las señoras barren las veredas, los hombres toman el cafecito en los bares y los perros que se pasean por las calles empedradas, de frondosos árboles, tienen nombre y apellido.
Como se lo conoce también, en el “jardín de Buenos Aires, las casas esconden patios generosos, suelen tener más de 100 m2 y los edificios altos se cuentan con los dedos de una mano.
Es un barrio tranquilo hasta en inseguridad, muchos lo llaman Suiza, si tomamos como punto de vista cómo se vive en el resto de los barrios; no hay tantos robos y nos sorprendemos con las cosas malas que pasan en la ciudad, dice Juan Carlos Colli, de 74 años, el diariero más popular del barrio. “Pocho”, como lo conoce la mayoría, atiende el concurrido quiosco sobre la avenida Nueva York, frente a la plaza Arenales, la principal.
Las custodias de Pocho es el descascarado colegio público (Antonio Devoto), un hospital (Abel Zubizarreta), un banco, un puñado de bares con variada oferta gastronómica y una biblioteca de lindísima arquitectura.
A la Plaza Devoto se puede accerder por las diagonales Lincoln y Fernández de Enciso, y por las avenidas Chivilcoy y Salvador María del Carril, ambas con bulevares floridos que cuidan los propios vecinos.
Una de las cosas que hace distinto a Villa Devoto no es sólo su tupida y variada vegetación: es el sentir de pertenencia de quienes lo habitan, y el olor típico a flores que acompaña durante el verano.
La palabra Devoto en el barrio la llevan una galería, un colegio, una biblioteca, un bar, una ferretería, una mercería, una casa de depilación, una parrilla, una papelería y unos cuantos sitios más, sin contar los medios webs que informan como en nuestro caso Devoto Hoy.
Los pobladores que conviven en el barrio se conocen, se saludan, se cuidan y se ayudan, así lo cuentan, con mucho orgullo un vecino de Devoto, y sigue su cancina y tranquila caminata.
Una vecina del barrio pasa apurada y dice estar apurada haciéndole las compras a un vecino, que está enfermo, estoy apuradísima, se disculpa Irene Giorio, que arrastra una changuito con ruedas en veredas extrañamente libres de heces de perro y de basura.
Villa Devoto esta compuesta por 596 manzanas entre las arterias Campana, Gutemberg, avenida San Martín, avenida Beiró, Joaquín V. González, Baigorria, avenida Lope de Vega, la General Paz y las vías del ferrocarril Mitre.
Mas de 80.000 personas, según el último censo porteño. En el podio de los vecinos famosos del barrio están los Maradona. Padres, hijos, nietos, y ahora bisnietos.
Pero nunca nadie atestiguó haber visto en la plaza Arenales, por ejemplo, al astro del fútbol, Diego Armando.
Él vivió mucho tiempo en Habana y Segurola, departamento que hoy ocupa Claudia Villafañe, su ex esposa, madre de Dalma y Gianinna.
Uno de los flamantes vecinos que decían ver siempre en un café era a don Diego,, fallecido el 25 de junio del año pasado, un fenómeno, al resto, no, cuenta Luis Javier Lariguet, de 49 años, que toma mate en la vereda de Chivilcoy y Nueva York.
Las vibraciones se rodean en torno de la plaza Arenales, donde está la calesita de Tito, un famoso del barrio, por su humildad y carisma con los vecinos y chicos.
Esta calesita es la mas antigua de la zona, inaugurada en 1938, la plaza es el único sitio donde el barrio no descansa a la hora de la siesta.
Los restaurantes, bares o bodeguines de la zona, como quieran llamarlos, se llenan y se almuerza muy bien por 150 pesos y la gente sale a trotar a toda hora, sobre todo, cuando el sol cae detrás de las vías del San Martín.
La oferta gastronómica es muy buena y variada, el Café de la Plaza es famoso por sus macarrones, además de la especialidad de comida armenia.
Se suelen ver madres con niños que salen del Zubizarreta hacen fila para almorzar un superpancho en Peter’s, mientras que Pablo’s es el bar que recomiendan los vecinos más añosos de la zona, eso sí, los helados tradicionales se compran en Monte Olivia, en Fernández de Enciso al 3900., caro pero como Grundig, aseguran que es el mejor.
Estos comercios funcionan en un mini centro comercial de una cuadra, con bares y comercios, que va desde la plaza Arenales hasta la estación Devoto del tren del San Martín, allí está el popular restó en un tren de madera reacondicionado, que no podía llamarse de otra manera que Vagón Devoto.
Si recorres el barrio, el visitante también podrá subirse al tren de las carencias, de las casonas de dos pisos, que cuestan más de 2000 dólares el m2 y exhiben dos o tres autos en la puerta, uno puede pasar a toparse con Juan Manuel, un muchacho de 38 años que duerme en la plaza, realidades distintas, mundos distintos en un solo lugar.
La Plaza es un factor importante de la vida de barrio, que hace las veces de sala de espera del elogiado hospital Zubizarreta; algunos vecinos hacen cenas a beneficio para preservarlo.
Es un lugar de recreación de los más pequeños y hasta punto de encuentro de adolescentes, donde las charlas se entremezclan con el humo de los cigarrillos de marihuana y alguna que otra esencias locas.
Leonardo Fabián Colli, de 49 años, es el hijo de “Pocho”, el diariero, el también atiende el quiosco, al igual que su hijo Franco (19). Leonardo nació en el barrio y dice que nunca se irá de allí.
Afirma que el barrio cambio mucho pero que siempre siguen quedando las mismas familias, quizás es el secreto de porque Villa Devoto preserva ese factor importante hogareño, se renuevan, acá conservamos el saludo, la cordialidad, el apoyo entre los vecinos.
También alude que en el barrio se conocen todos y que la plaza es el mejor lugar que tiene el barrio, todos los que vivimos acá crecimos en la plaza.
Por otro lado comenta que el barrio lo cuidan entre todos, y que actualmente viene mucho al barrio Horacio Rodríguez Larreta, es cierto, según confesó el jefe de gobierno porteño, la plaza Arenales es su sitio favorito.
Para cerrar la nota, Villa Devoto es un pueblo chico con título de barrio, donde en las mesas de café, cada mañana, a uno de los amigos siempre le toca pagar la cuenta, cosas que solo pueden pasar aca, argumentan varios vecinos.