Alerta por invasión de chinches en Buenos Aires

Vecinos de varios barrios porteños conviven desde hace más de una semana con una misteriosa y molesta invasión de chinches.

Según denunciaron, los insectos se ubican en los árboles y aparecen en balcones y terrazas.

Barrios como Villa Urquiza y Parque Chas advirtieron la presencia del insecto, más precisamente en los árboles de plátano, donde forman numerosas colonias.

Los vecinos reclaman una fumigación, mientras que desde el Gobierno porteño explican que el fenómeno puede deberse a los fuertes cambios de temperatura que hubo en estos días.

Todos los árboles de la calle Iberá, entre Constituyentes y Goyeneche, están llenos de chinches, contó un vecino de Iberá y Díaz Colodrero a este medio.

Hace unos seis años que empezó esta plaga, en verano este escarabajo segrega una baba que cae sobre los coches, sobre los balcones y sobre la ropa, y no escuchan nuestros reclamos, se quejó.

A través de las redes sociales, vecinos de Paternal, Villa Real y Villa del Parque afirmaron que las chinches también llegaron a sus barrios.

El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad aclaró que estas chinches no son perjudiciales para el ser humano ni para las especies arbóreas, aunque se comprometieron a hacer inspecciones para controlar la situación.

La aparición de las chinches puede deberse a un fenómeno conocido como tropismo, cuando hay cambios abruptos de temperatura, los invertebrados no tienen cómo conservar su propia temperatura y tienden a agruparse y a modificar su conducta.

De todas maneras, vamos a hacer las inspecciones necesarias para saber si éste es un tema puntual o un fenómeno que se repite, aseguró la directora de Espacios Verdes de la Ciudad, María Inés López Lo Celso.

Néstor Benchaya, biólogo y gerente operativo de Arbolado de la Ciudad, explicó que el insecto que apareció es una chinche de color negro, perteneciente a la familia de los pentatómidos.

Esta chinche no es nociva para la salud humana ni está dañando los árboles, su único pecado es que le gustan los plátanos para vivir y en Buenos Aires hay 30.000 plátanos.

Su hábitat es la corteza, pero no socavan la madera, aclaró.